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Colesterol y otros factores de riesgo

Como ya hemos comentado en artículos anteriores, un nivel elevado de colesterol puede provocar graves problemas de salud, pero ¿Cómo puedes saber si tienes el colesterol elevado?¿Produce síntomas?¿Qué riesgos tiene? Hoy vamos a dar luz a estas preguntas frecuentes.

 

¿Qué síntomas produce el colesterol?

Esta es una de las preguntas más habituales, sin embargo un exceso de colesterol, por norma general, no presenta síntomas. Existen casos aislados en los que los pacientes sufren xantelasmas, es decir, les aparecen nódulos de color amarillento alrededor del párpado o una opacidad de color gris al borde de la córnea.

 

Por tanto, para conocer si sufrimos de colesterol elevado, hipercolesterolemia, es necesario hacer una analítica de sangre que determine el nivel total de colesterol, HDL, LDL y triglicéridos, que no deberían estar por encima de 200 mg/dL. Así, los niveles óptimos, por separado, son:

 

  • El colesterol “malo” o LDL por debajo de 150 mg por decilitro de sangre.
  • El colesterol “bueno” o HDL por encima de 70 mg/dL.
  • Los triglicéridos por debajo de 150 mg/dL.

     

Cuando la analítica indica unos niveles altos de colesterol existe el riesgo de sufrir:

 

  • Problemas cardiovasculares y cerebrovasculares. Existe riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio dada la obstrucción de las arterias. Si esta obstrucción se produce a nivel de corazón aparecerá una angina de pecho o un infarto agudo de miocardio. Si la obstrucción es a nivel de cerebro aparecerá un ictus o accidente vascular cerebral.

     

  • Disminución de la circulación sanguínea de las arterias (isquemias) u obstrucción de las mismas en las extremidades inferiores.

     

Por ello, es importante conocer qué factores influyen y favorecen los niveles elevados de colesterol.

 

colesterol y otros factores de riesgo

 

Colesterol y otros factores de riesgo

Por norma general, los factores que influyen en el riego de sufrir hipercolesterolemia se pueden diferenciar en:

 

  • Genéticos, edad y sexo. Son factores que no se pueden modificar.

     

  • Ambientales. Tipo de alimentación y actividad física, que sí se pueden modificar, al igual que el tabaquismo.

     

Pero además existen factores de riesgo como son:

 

  • Diabetes. La diabetes de tipo I y tipo II puede aumentar los niveles de colesterol. Por ello, los niveles de colesterol aconsejables en personas diabéticas están por debajo de los niveles deseados para la población general.

     

  • Obesidad. Las personas que padecen obesidad suelen tener hipertrigliceridemia, un nivel bajo de colesterol “bueno” y tensión arterial elevada. Por ello, es recomendable bajar de peso para disminuir los niveles de triglicéridos, de insulina y ácido úrico, y conseguir reducir la tensión arterial.

     

  • Sedentarismo. Este hábito suele estar relacionado con la diabetes tipo II y la obesidad, por lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Para evitarlo y prevenir la hipercolesterolemia es necesario hacer ejercicio físico, ya que además mejora la capacidad pulmonar, el sistema cardiovascular y reduce los niveles de colesterol y la tensión arterial.

     

  • Embarazo. En esta etapa la mujer sufre una alteración de los niveles lipídicos en sangre. Por ello, se deben controlar las cifras de colesterol y extremar el cuidado si son pacientes con hiperlipidemias previas.

     

  • Menopausia. También es un factor de riesgo pues el descenso de los estrógenos disminuye el HDL (colesterol “bueno”) y aumentan el colesterol total y el LDL (colesterol “malo”). Por ello es aconsejable una terapia hormonal de estrógenos que ayude a reducir las molestias habituales de la menopausia, prevenir la osteoporosis, elevar ligeramente el colesterol “bueno” y reducir el “malo” y el total.

     

  • Tabaquismo y alcohol. El consumo excesivo de alcohol y tabaco causa hipertrigliceridemia, siendo aconsejable evitar o reducir su consumo.